Este nuevo material se obtiene a partir de residuos vegetales (como patatas o zanahorias) y se puede usar en la fabricación de envases como botellas o bandejas para alimentación y bebidas.

Conscientes del impacto medioambiental de los residuos en la naturaleza, y de la necesidad de apostar por la prevención en todos los ámbitos, TheCircularLab, el centro de innovación en economía circular de Ecoembes, ha presentado este jueves un nuevo material plástico, dentro de su apuesta para que los envases del futuro sean cada vez más sostenibles. Este material es biobasado –es decir, se obtiene a partir de residuos vegetales como mondas de patatas o cualquier otro desperdicio vegetal, en lugar de petróleo-, compostable, reciclable, y biodegradable en el entorno marino.

Este plástico sostenible, que se ha desarrollado junto al centro tecnológico AINIA y proviene de materia 100% orgánica en descomposición, sienta las bases de toda una revolución en el ámbito de la economía circular. Además, podría ser una alternativa para tratar los residuos provenientes de mercados municipales y otras instalaciones en las que se generar grandes cantidades de este tipo de alimentos, contribuyendo no solo a que sean reciclados, sino también a aminorar el desperdicio alimentario.

En cuanto al proceso para obtener este tipo de plástico, que responde al nombre de PHBV (PoliHidroxiButilValerato) y está en fase de prototipo, se consigue tras triturar el residuo vegetal y extraer la glucosa del mismo, la cual sirve de alimento para un microorganismo que se encarga de producir el biopolímero con el que se fabrica. Al igual que los plásticos procedentes de otras fuentes no vegetales, podría usarse para el envasado de productos de alimentación y/o bebidas. Pero a diferencia de ellos, además de reciclarse, se podría compostar e incluso, biodegrarse en el entorno marino.

Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes, ha señalado “debemos dejar atrás la filosofía del producir, usar y tirar para adentrarnos en el nuevo paradigma de la economía circular y poder, así, ser capaces de responder a desafíos ambientales como el cambio climático, la contaminación o el uso eficiente de la energía. Porque no tenemos un planeta B”.  Con este compromiso trabaja TheCircularLab, que “ha puesto ya en marcha más de 100 proyectos y un ecosistema del que forman parte más de 200 instituciones, empresas y organizaciones, que son la mejor prueba de que un mundo más circular sí es posible”.

Zacarías Torbado, coordinador de TheCircularLab, ha encabezado, por su parte, la presentación de los proyectos del centro de innovación y ha puesto el acento en la importancia de la innovación para conseguir un planeta más sostenible y ha explicado que “el nuevo plástico sostenible es el germen de nuevos desarrollos basados en el diseño circular, y uno de los ejemplos de cómo serán los envases en el futuro”.

Este artículo se publicó en el newsletter de la Fundación para la economía circular.

 

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